Con mis palabras


viernes, 27 de agosto de 2010

Happy New Year


Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Asì la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Julio Cortázar

Haikus

todo es deseo
y noche terciopelo.
un murciélago




Rayo fugaz
en la tarde del sauce,
un colibrí





viernes, 9 de julio de 2010

Todo día es inauguración de un gesto:


el hueco del antebrazo,
el mechón que cae en la nuca,
la mirada de reojo.
la excusa del café negro.
No vale estar con alguien
y que digas que estás solo.




No me hables de sexo ahora,


calláte y sentílo.
Te recostás en la almohada,
sos un insolente
y eso me gusta,
Me gustás así chico lindo.
Me gusta tu mirada 007
y tu charla de arte eterna
Y también Kashmir en la noche de Buenos Aires
y el saxo de Coltrane.


Dame un faso
¿tenés fuego?

miércoles, 12 de mayo de 2010

Vuelo bajo

La chica se llama  Sofía.  Tiene flequillo cortito y pelo largo y lacio.  Y una pera partida, un poco de varón,  pero a ella le queda muy simpática.  Los ojos castaños y grandes.  Se junta con sus compañeras en un bar y  hacen los trabajos prácticos.  Nadie la considera ni la más linda ni la más inteligente, ni siquiera ella lo supone.  Sin embargo, lo es.
Sofía pone empeño para hacer todo.  Un empeño apacible, como es su vida.  Cuando vuelve del colegio es muy tarde y en el colectivo hay poca gente a esa hora.  Sin querer, apoyando la cabeza contra la ventanilla se duerme.  Y sueña.  Sueña que vuela en un vuelo manso, y que ve su barrio desde arriba.  Y que desde la terraza los vecinos le gritan   "¡Sofía!  ¿Qué haces?  Bajáte, te vas a romer el alma".  Pero ella no hace caso, porque presiente un poquito de envidia en sus palabras.  Y además porque en esa tarde soleada disfruta del vuelo bajo.
Cuando abre los ojos se pasó varias cuadras de su parada.  Ahora tendrá que volver corriendo por calles oscuras y solitarias.  Y descubre que no puede reconocer si ha despertado verdaderamente o ha pasado a otro sueño.

sábado, 3 de abril de 2010

En la palma de su mano

Son palabras que caen de mis manos
desparramadas al viento y buscando un recodo
donde descansar
y guarecerse de tempestades.


Susurros de jazz
que trae la marea baja
el efluvio de otros tiempos...
En tus ojos veía
rascacielos de Nueva York,
inciensos de frutillas,
zapatillas Pony,
una canción de Fleetwood Mac
y un bus amarillo a la escuela.


Las olas traen esos recuerdos
y los vuelve a llevar lejos,
junto a las gaviotas.


Pero sé que cada tanto
volverán a mí,
volverás a mí en esas palabras,
en una canción de Simon & Garfunkel,
en un aroma de incienso a frutillas.

Volveré a esos días
volveré a los veinte años.




Sopla una brisa fresca...


Tu ausencia de los lugares de siempre
me indican que ya te fuiste
aunque nadie quiera o pueda
decírmelo.


Adiós.


"y hasta que volvamos a vernos
que Dios te guarde en la palma de su mano".

viernes, 2 de abril de 2010

Nada de obligaciones

Increíble, dije que iba a dormir lo suficiente como para descansar este laaaaaargo fin de semana, pero aquí estoy desde las seis de la mañana blogudeando y leyendo lo de otros.
Tengo pilas de obligaciones
Visitar a mamá
Visitar a mi suegra
Visitar a Lucia
Planear trabajos de la escuela.

Lo mejor será DORMIR, practicado como deporte.

sábado, 27 de febrero de 2010

El tiempo se escurre entre los dedos

Foto:
www.fotopaises.com/imagenes/AR/1/1132496292.jpg
El tiempo se escurre entre los dedos. Granos de arena, cada grano un día, una hora, un minuto, un segundo. Todo se escurre y es frágil y es efímero. Todo está hecho para perderse.
Esta es la historia de una persona que carga con toda su vida en un pequeño bolsito de loneta gris. La persiguen los nazis. Ella corre hacia la plataforma del tren con su pequeño bolsito de loneta gris. Debe alcanzar ese tren para poder huir a la frontera. Del otro lado, adonde no pueden atraparla, viven sus padres ya ancianos. No será fácil llegar. No es fácil salir. En principio ya no recuerda exactamente quién es ni porqué la persiguen. No recuerda si es hombre o mujer, joven o viejo. Antes tenía sueños premonitorios que la preparaban para lo que vendría, pero esos sueños ya han desaparecido hace mucho tiempo. La persiguen porque es judía probablemente. Ella llega ante el tren. Carga con su bolsito de loneta gris que contiene toda su vida, su pasado, todas sus posesiones caben allí. Y es lo primero que arroja dentro del tren que comienza su marcha lentamente y ella se sube de un salto. El andén se pierde en el horizonte que se incendia en un atardecer rabioso. El rojo ardiente de la puesta del sol convierte al horizonte en un paisaje bellísimo y dulcemente triste. Allí está la frontera. Allí viven sus padres ya ancianos que la esperan. Su padre, que había muerto, y ahora tiene el pelo blanco la espera junto a su madre. Pero ella ahora está sola de este lado y no tiene más que su pequeño bolso de loneta gris. Los nazis también logran subir al tren y la persecución sigue arriba. Ella corre de un vagón a otro. En uno de ellos, en lugar de asientos, hay una larga mesa en el medio donde los pasajeros pueden comer, sentados en unos bancos largos paralelos a la mesa. Allí se encuentra con una joven. Es muy bella, de pelo oscuro ensortijado y largo y ojos verdes. Es muy dulce y apacible. Es ese tipo de personas que siempre están seguras de lo que hacen. Le sonríe con dulzura a la fugitiva,  que siente celos de la joven bella.
Del otro lado de la frontera, esperan sus padres. Ahora que está sentada ante esa mesa, con la joven bella del otro lado, frente a ella, la persecución ha cesado.
- Soy Sofía –dice la joven.
La fugitiva no quiere hablar, pero Sofía ejerce una fascinación tan fuerte sobre ella que es imposible no mirarla. Y Sofía parece como si la hubiese estado esperando y espera una señal para actuar o decir algo, pe
ro siempre manifiesta serenidad y parece dispuesta a transmitírsela a Claudia.
- La verdad está en el centro. Hay que llegar a él para encontrarla, aunque no siempre nos agrada su apariencia. La verdad es belleza, sin embargo, no siempre se manifiesta en toda su belleza ante nuestros ojos, que están velados por el humo de nuestra subjetividad.
La presencia inequívoca de la angustia y los leones sueltos en el viento. Soñar despierta, volver a ser quien era.